A LOS AFILIADOS AL SPUM.
A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA.
A LOS MEDIOS DE DIFUSIÓN ESTATALES Y NACIONALES.
A LA OPINIÓN PÚBLICA.
La arbitrariedad de la administración universitaria que encabeza el rector Raúl Cárdenas Navarro no ha tenido límites. Su intolerancia se ha expresado en un estilo autoritario de gestión que mantiene en la marginación al conjunto de la comunidad nicolaita en la toma de decisiones y en el trato despótico, que recurre constantemente a las amenazas contra trabajadores, estudiantes y académicos; ha dividido a los trabajadores administrativos tutelando la formación de un sindicato adepto a los intereses de las autoridades; con el contubernio descarado del Comité Ejecutivo General del SPUM ha mutilado, aprovechando el confinamiento de los trabajadores a causa de la pandemia de coronavirus en 2020 y 2021, los contratos colectivos de trabajo para disminuir el derecho a la jubilación establecido desde 1939 en nuestra universidad; ha retenido salarios, secuestrado fondos sindicales y mantenido congeladas las prestaciones económicas a la planta laboral a lo largo de toda su penosa gestión y ha agredido a las casas del estudiante como pocos de sus antecesores lo habían hecho.
El extremo de la tiranía universitaria de Cárdenas Navarro ha sido, sin embargo, la rescisión de contratos a los trabajadores sin previo aviso y sin seguir el debido proceso, que pasaría por tratar los casos en las comisiones mixtas de Conciliación y Resolución, violándose, en el caso de los trabajadores académicos, las cláusulas 108 y 109 del Contrato Colectivo de Trabajo.
Es del conocimiento de esta asamblea que, durante el rectorado de Cárdenas Navarro, al menos 26 trabajadores administrativos y 20 académicos han sido despedidos de manera fulminante, por medio de un mero acuerdo del Departamento Jurídico de la universidad a cargo del Lic. Fernando Rodríguez Vera, sin validez legal pero al que le dan aplicación las autoridades universitarias.
Las acciones de Raúl Cárdenas no pueden sino remitirnos a las del rector Alberto Lozano en 1966, de lamentable memoria, quien entendía que su papel era agredir a los universitarios disidentes y “limpiar” a la Casa de Hidalgo de todos aquellos que no aceptaran su desbordado autoritarismo y el del entonces gobernador Agustín Arriaga Rivera. Tal parece que, con Cárdenas Navarro, el arriaguismo ha vuelto a entrar por la puerta grande a nuestra universidad y el obispo Abad y Queipo ha tomado las riendas del venerable Colegio de San Nicolás.
El legado que Cárdenas Navarro, ya a pocas semanas de terminar su encomienda, dejará a su sucesor en la Rectoría de la universidad será funesto si no resuelve de inmediato todos los casos de despidos injustificados y reinstala a los trabajadores afectados. El próximo rector o rectora de la institución no tiene por qué heredar un conjunto de conflictos laborales generados gratuitamente por el antojo del egresado de la Universidad Autónoma Chapingo. En su caso, quien llegue a sustituirlo el próximo mes de enero habrá de atender de inmediato esta problemática, enmendar los despidos injustificados y restituir en las plazas que les corresponden, a todos los trabajadores, administrativos y académicos.
¡ALTO A LOS DESPIDOS INJUSTIFICADOS EN LA UNIVERSIDAD MICHOACANA!
¡RESPETO TOTAL A LOS DERECHOS LABORALES DE LOS UNIVERSITARIOS!
¡BASTA DE ARBITRARIEDADES EN LA CASA DE HIDALGO!
Atentamente
UNIDAD, DEMOCRACIA E INDEPENDENCIA SINDICAL
Morelia, Michoacán, 22 de noviembre de 2022.
ASAMBLEA GENERAL DE LA SECCIÓN ECONOMÍA DEL SPUM