APRENDER LIBERTAD
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- Categoría: Analístas Invitados
- Publicado el Lunes, 13 Febrero 2017 14:18
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Gustavo Esteva
La propuesta del Congreso Nacional Indígena (CNI) circula aun en medio de confusión y desconcierto, porque se insiste en inscribirla dentro del marco mental y político dominante. Hay resistencia a su llamado a desgarrarlo.
El CNI no está buscando personas domesticadas para que participen en el circo electoral próximo con una candidata indígena. No: sólo sugieren eso voces racistas y sexistas que critican la propuesta. La traicionan también personas de buena voluntad, interesadas en apoyarla. Algunas se atreven a confesar su ilusión de que ya cerca de las elecciones esa candidata se anime a ceder sus votos a alguien con posibilidades de ganar, para derrotar por el camino electoral a la banda criminal dominante.
El CNI exige ante todo reconocer que estamos en guerra y que en una guerra nadie puede ser neutral. Quien no toma conscientemente un bando se convierte sin saberlo en colaboracionista de alguno de ellos, incluso de aquel que considera enemigo. Esta guerra de los de arriba contra los de abajo se está haciendo cada vez más intensa. Tenemos que tomar parte en ella, cada quien en su lugar y su circunstancia.