José María Carmona

El Consejo Nacional de Salubridad ha declarado la emergencia nacional por causa mayor, que consiste en suspender todas las actividades económicas, sociales y del gobierno federal no esenciales.

La semana anterior tanto el gobierno de López Obrador como el de Silvano Aureoles gobernador de Michoacán ha anunciado un conjunto de medidas económicas y de carácter fiscal que en esencia son las transferencias monetarias en apoyo a  los sectores productivos con la finalidad de conservar los puestos de trabajo, en estos momentos en que  la mayoría de la población se tiene que quedar resguardado en casa para contener la propagación del Covid 19 entre la población, con ello se busca reducir al máximo la pirámide de la pandemia en el país.

También  el gobierno de los Estados Unidos a puesto en marcha un programa financiero por dos billones de dólares para apoyar a las familias, las empresas y otros sectores productivos entre el que destaca el de la salud.

En apariencia estos programas de estimulo tienen el propósito de reducir al máximo los efectos negativos de la recesión económica y la crisis financiera global.

Pero tienen una intención principal de rescatar al gran capital tanto en Estados Unidos como en el país y en especial en Michoacán a las cúpulas empresariales, aunque el programa de mil millones de pesos de el gobernador Aureoles este canalizado a los medianos y pequeños empresarios que están a punto de la quiebra.

Por otra parte, el Fondo Monetario Internacional ha declarado que la recesión económica llevara a la quiebra a muchas empresas globales y toda vía no se sabe la magnitud de la profundidad de la recesión por lo que puso a disposición de los países miembros una línea de crédito por dos billones de dólares, pero con las mismas condiciones de ajuste económico para los gobiernos y la población.

Por lo tanto, hoy los gobiernos de todo el mundo aplican política fiscal de carácter expansivo, es decir van a recurrir al déficit fiscal para poder financiar los programas de apoyo a las economías.

De pronto los gobiernos mas neoliberales se convirtieron en partidarios de Keynes pero su política es bastarda porque los programas que se llevan a cabo no están canalizados a impulsar la inversión productiva como un mecanismo no solo de mantener el empleo sino también incrementándolo.

Estos programas de apoyo financiero supuestamente a la actividad productiva son insuficientes para salir de la recesión después de que se  supere la pandemia del Covid 19.

Como se sabe, los sectores sociales que serán más golpeados son los trabajadores asalariados y la población de la economía informal de todos los países, porque también en los países supuestamente desarrollados hay este tipo de economía.

Ante esta grave situación los grandes capitales deben de pagar el costo de la emergencia sanitaria mediante un programa o conjunto de medidas económicas y financieras alternativas que a continuación se detallan:

La nacionalización de todos los sectores estratégicos de la economía, entre ellos ferrocarriles, bancos, industrias automotrices, telecomunicaciones y sobretodo la industria farmacéutica para ponerla al servicio de los enfermos y el combate al Covid 19.

La nacionalización de las principales cadenas de hospitales entre a las cuales se encuentran las de Carlos Slim entre otras y ponerlas al servicio de los ciudadanos y sin costo alguno.

Un impuesto a las utilidades de los grupos financieros, en especial a los que especulan en las bolsas de valores, particularmente a las compañías fabricantes de medicamentos por lo pronto, mientras se concreta su nacionalización y se ponen al servicio de los trabajadores.

En especial para el caso de México, los 400 mil millones de pesos con los cuales cuenta el gobierno de López Obrador y el fondo de estabilización financiera, a demás todo el presupuesto canalizado a los proyectos como la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya y el proyecto del istmo de Tehuantepec deben de ser suspendidos de inmediato y todo ese presupuesto debe de ser reasignado  a un gran fondo de inversión productiva, principalmente al fomento agrícola, a la industria alimenticia y a toda la energética entre otras para asegurar la canasta básica de toda la población, de igual manera se debe de implementar un programa para aumentar la productividad de la industria pesada o la fabricación de maquinaria y equipo necesaria para aumentar la capacidad productiva del país.

A su vez, se debe de fortalecer con programas concretos el sector logístico del país con el control directo del Estado -en manos de los trabajadores- y un plan integral de infraestructura, acompañado por la nacionalización de la industria del transporte de carga pesada.

Con estas medidas se deben de instrumentar un programa especial para reconstruir las cadenas productivas de valor en el conjunto de la economía.

Las cadenas de autoservicio deben de ser nacionalizadas y puestas al servicio del abastecimiento del consumo popular.

De inmediato después de la nacionalización de la banca se debe de crear un banco nacional de fomento aprovechando al máximo los avances tecnológicos y de la información.

Dada  la magnitud de la emergencia sanitaria se debe de cancelar los procesos electorales de este año y el del 2021, a su vez se deben de inmediato cancelar todas las prerrogativas a los partidos políticos y sus actividades deben de estar hechas a través de los medios de comunicación masiva de manera racional, todo el financiamiento al INE debe de estar canalizado a los gastos de la pandemia del Covid 19.

Los salarios de los funcionarios públicos de todos los niveles del gobierno no deben de ser mayores a cuatro salarios mínimos y un programa de austeridad en los gastos de la administración pública.

Por último se debe de convocar a un Consejo Nacional constituido mayoritariamente por las organizaciones de los trabajadores y sectores populares para que asuman el control y el gobierno de la emergencia sanitaria por causa mayor, porque el gobierno de la  4T ha resultado incapaz para gobernar y manejar la crisis y la emergencia sanitaria abre una nueva situación inédita en el país  donde únicamente a los trabajadores se les ofrece una reducción de los salarios mientras ellos son los que generan la riqueza nacional. Este es el  verdadero programa  alternativo ante la emergencia sanitaria.