Fernando Camacho Servín

En la presente administración ha habido avances importantes en términos de acceso a la salud y la seguridad social, y aunque aún hay carencias en algunos aspectos, también hay motivos para sentirse satisfechos y estimulados, afirmó el titular de la Secretaría de Salud (Ssa), José Narro Robles.

En el quinto Informe de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto –que se presenta hoy– vamos a ver reflejadas muchas y muy buenas noticias respecto de los avances que hemos tenido en los años recientes, indicó el funcionario durante la presentación de una aplicación para teléfonos inteligentes que permite solicitar ayuda en caso de tener síntomas de un infarto cardiaco.

Un ejemplo de los avances, puntualizó Narro, es la disminución sustancial de más de 18 por ciento en la mortalidad materna, registrada de 2012 a 2015, según datos oficiales.

Acerca de las cifras del más reciente informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), Narro indicó que podemos estar en desacuerdo con la forma en que se mide (la pobreza), pero no hay ninguna duda de que se han registrado avances, particularmente en la cobertura de los servicios de salud.

Hay desafíos y retos, tenemos rezagos, pero nos estimula muchísimo encontrar datos positivos. Hay que reconocer los problemas que tenemos en el país, pero también debemos reconocer el trabajo, el esfuerzo y los buenos resultados que se tienen, subrayó.

Por su parte, el director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Mikel Arriola Peñalosa, aseveró que la reducción de la cantidad de personas en situación de pobreza se debe en gran medida a que las carencias en materia de acceso a la salud se redujeron 25 por ciento, lo que significa la segunda mayor disminución registrada en el informe del Coneval.

José Reyes Baeza, director general del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, explicó que la aplicación Asissste Infarto busca mejorar los tiempos de atención a los pacientes que sufran de un ataque agudo al miocardio, para que en un tiempo máximo de 60 minutos reciban los medicamentos trombolíticos y sean canalizados a una sala de hemodinamia.