Alonso Urrutia

Las nuevas reglas establecidas en materia de fiscalización del gasto colocarán a la Auditoría Superior de la Federación (ASF) con una presencia pública intensa a partir de 2017, pues sus tiempos de operación se modificarán radicalmente. A partir de enero, el calendario de este órgano añade a la presentación de la revisión de la cuenta pública 2015, en febrero próximo, el inicio de la revisión de la correspondiente a 2016.

A partir de ahora ya no habrá sólo un informe anual de la cuenta pública, sino que la ASF presentará tres informes al año: en junio, octubre de 2017 y en febrero de 2018, sobre el ejercicio 2016, lo que permitirá contar con mayor oportunidad para detectar irregularidades en el gasto y, en su caso, agilizar las consecuencias administrativas o penales que deriven de ello.

En paralelo, la Auditoría Superior podrá incidir en otras dos vertientes de actuación. En principio tiene la facultad de reabrir, de existir elementos, la revisión de algunos ámbitos de ejercicios anteriores donde se presuman irregularidades y se requieran acciones específicas del organismo.

Asimismo, en su caso, cuando se presente una denuncia, previa verificación del cumplimiento de requisitos técnicos que la hagan procedente, la ASF podrá realizar auditorías sobre el presunto mal uso de recursos públicos.