Roberto González Amador

La desigualdad entre las regiones del país se acentuaron en los años recientes hasta convertirse en un problema lacerante, aseguró ayer Guillermo Ortiz Martínez, presidente de la firma financiera brasileña BTG Pactual en el país y ex gobernador del Banco de México.

La parte fundamental que acabará la desigualdad es la reforma educativa, aseguró Ortiz Martínez, al participar en la décimo quinta edición del foro México Cumbre de Negocios.

México es muy desigual. Entre los países que forman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos el diferencial de ingreso entre el 10 por ciento más rico de la población y el 10 por ciento más pobre es de ocho veces; en nuestro país es de 20 veces, afirmó.

La desigualdad en el país no sólo es lacerante, sino que, a escala regional es también gigantesca, sostuvo.

En los años 90 del siglo pasado –cuando entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte–, el ingreso por habitante en los estados del norte del país era 20 por ciento superior que el de los que residían en las entidades del sur, aseguró.

Hoy, la diferencia de ingreso entre los estados del norte y del sur se ha ampliado hasta 80 por ciento. Ahora, un trabajador norteño es cinco veces más productivo. Estas desigualdades son un reto enorme, agregó.