Víctor Flores Olea

Después de una visita más o menos fallida del papa Francisco a Chile, sobre todo en relación con los pueblos originarios mapuches, la prensa peruana proclamó que el Papa había recuperado a sus fieles. Para mí, lo que resulta relativamente extraño es que Francisco encontrara ese cúmulo de sentimientos adversos e incluso resentimientos en Chile. O más bien: ¿resentimientos del pueblo chileno hacia la jerarquía católica? ¿Se debe a la proclividad pinochetista de la Iglesia en Chile durante la dictadura, naturalmente con sus excepciones? Muchos afirman que fue mucho más que una simple proclividad, sino prácticamente un abierto partidarismo. Para los chilenos católicos se trata de un caso cerrado (para muchos de la izquierda también, porque la dictadura sólo se supera con el perdón y el olvido, para lograr una amplia reconciliación nacional) que no ofrece duda alguna. No lo sé, pero habrá que estudiarlo muy cuidadosamente, porque muchos carecemos fuera de Chile de datos y de una idea clara sobre los alcances del asunto.

Vale la pena consignar, por lo demás, que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dio entrada ya a cinco impugnaciones señalando la inconstitucionalidad de la Ley de Seguridad Interior, lo que establece ya un precedente definitivo sobre la necesidad que el más alto tribunal del país revise a fondo los alcances del proyecto de ley (ya aprobado), señalando sus límites y aspectos en que la mencionada norma puede ser violatoria de principios constitucionales. Esta opinión es decisiva, ya que una variedad de organismos públicos y privados, también internacionales, juzgaron ya como sumamente peligrosa dicha ley, que sería susceptible de dar lugar a la militarización del país.

Siguiendo esta misma ruta, la SCJN parece abrir un abanico más amplio para intervenir en asuntos de contenido político, al dictar instrucciones para dar de ba­ja a delegados o incluso presidentes municipales que se hayan distinguido por el manejo de sus responsabilidades al margen o aun con serias violaciones al sistema jurídico. Quienes objetan estas facultades de la SCJN sostienen que las decisiones de los tribunales establecidos, sin importar sus pretendidas prerrogativas, en ningún caso pueden estar por arriba del voto popular, cuando sea el caso. El hecho es que, en la práctica, se extiende cada vez más esa facultad, dependiendo de la seriedad de las violaciones en que hayan incurrido los funcionarios electos, que no por este simple hecho quedan al margen de las leyes. Al contrario, sostienen que incluso su calidad de electos les confiere una obligación más seria de cumplir puntualmente con las normas jurídicas. Es decir, los funcionarios electos tendrían una responsabilidad multiplicada.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos y el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales presentaron también ante la SCJN sendas acciones de inconstitucionalidad en contra de la Ley de Seguridad Interior. El segundo de los organismos objetó el artículo nueve, que contiene excepciones a la información de la acción de las fuerzas armadas de México en prácticamente todos los casos, originándose una situación de severo desconocimiento público del proceder en México de las fuerzas armadas, alegando, además, que entonces se contravienen criterios firmes establecidos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

En este sentido, el Presidente de la República tendría plenas facultades de actuar y decidir según su criterio, sin control ni rendición de cuentas de ninguna especie.

Debemos también subrayar que en las semanas recientes se ha intensificado la propaganda anti-López Obrador, diciendo que el candidato de Morena depende de las órdenes y, por extensión, del oro de Moscú. Incluso, en un artículo relativamente extenso el escritor León Krauze, en el Washington Post, afirma que la tesis de que Rusia apoya a Lopez Obrador no debe de ninguna manera desdeñarse. Por supuesto, no existe ninguna prueba mínimamente sólida de que así sea, y más bien ha sido objeto, por parte de López Obrador, de respuestas negativas e irónicas…

Por otro lado, en intervención ante el Consejo de Se­guridad de las Naciones Unidas, el canciller de Rusia, Serguei Lavrov, dijo que son absolutamente infundadas las acusaciones de Estados Unidos contra Moscú de interferir en las elecciones de distintos países como México. Dijo que en EU hay una rusofobia marcada y negó que su gobierno esté metiendo las manos en el proceso electoral en México. En conferencia de prensa, el canciller fue enfático cuando se refirió al supuesto nexo de su país con el precandidato de Morena a la Presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador.

Por otro lado, Donald Trump acusó a sus adversarios demócratas de haber provocado el cierre parcial de la administración federal como una maniobra política que impidió el arreglo en el momento en que se negociaba, y como una maniobra para ensombrecer el primer aniversario de Donald Trump en la presidencia de Estados Unidos. Trump ironizó diciendo que los de­mócratas deseaban darle un feliz presente por su primer aniversario en la Casa Blanca; sin embargo, en el último minuto se habrían abstenido de hacerlo, impidiendo el acuerdo que ampliaba por ocho semanas el presupuesto vigente. ¡Una muestra más de la hostilidad que se ha ganado Trump, cuando menos, en los distintos círculos y foros de Estados Unidos!

Es verdad, releyendo ahora lo escrito tengo la impresión, que compartirán muchos lectores, de que se trata en realidad de una serie de datos, de pequeñas cápsulas de información sin estructura orgánica. ¡Es verdad! Pero, ¿es así el mundo de hoy? ¿O existe una conexión interna que no alcanzamos a percibir a primera vista? Pero decido dejar el artículo tal cual, porque esos pequeños flashes inconexos tal vez están rebelando algo más profundo: ¿una relación interna que no alcanzamos a percibir a primera vista? ¿Pero hay, en efecto, una descomposición del mundo actual, cuya única realidad parecen ser los instantes de una realidad que se precipita y desaparece, o se olvida?