Recientemente el Banco de México publicó las minutas de su última decisión del 27 de junio,
en la cual la Junta de Gobierno mantuvo la tasa de referencia sin cambios en 8.25%. El tono
del documento alude a la posibilidad de condiciones monetarias más laxas este año, toda vez
que la autoridad monetaria está preocupada sobre todo por el panorama de crecimiento global
y local. No obstante, los comentarios sobre la inflación fueron más mixtos, en particular,
respecto al desempeño de la no subyacente. Algunos miembros siguen preocupados por la
resistencia a la baja de este componente en un contexto de mayor holgura, que debería de
haber resultado en menores presiones en precios. Adicionalmente, observamos varios
comentarios sobre los recortes de la calificación crediticia de México y Pemex, los riesgos en
este frente y sus potenciales efectos en finanzas públicas, la economía y los mercados, lo que
nos lleva a concluir que los riesgos para la estabilidad financiera continúan siendo clave para
para las decisiones de Banxico. En lo que va del año, los bancos centrales de Australia, Chile,
India y Rusia han reducido sus tasas de referencia como una estrategia para compensar la
desaceleración económica. La semana pasada los organismos monetarios de Corea del Sur,
Sudáfrica e Indonesia se han unido a la misma estrategia, lo que sugiere que el mundo está
entrando en un nuevo ciclo de bajas tasas de interés. Esta visión de estímulo monetario podría
permear sobre la Junta de Gobierno de Banxico. En este contexto, el mercado descuenta 56
puntos base de recortes implícitos en la tasa de referencia en México para este año.