En el primer trimestre de 2019, el gasto neto pagado se ubicó en 1 billón 345 mil 414 millones de pesos, monto inferior al previsto en el programa7 en 86 mil 572 millones de pesos y al registrado el año anterior en 6.1% real.

Respecto al periodo enero-marzo de 2018 el gasto primario fue inferior en 7.4% en términos reales; el gasto neto total excluyendo la inversión financiera, las pensiones, las participaciones y el costo financiero disminuyó 15.3% real; y el gasto corriente estructural disminuyó 10.4% real.

El menor gasto respecto al programa se explica por un menor gasto no programable en 21 mil 114 millones de pesos y un menor gasto programable en 65 mil 458 millones de pesos, que se explica por la reconfiguración de los programas sociales y los cambios en la política de adquisiciones, encaminados a mejorar la efectividad y eficiencia del gasto público.

La evolución del gasto programable respecto al programa se debe a las menores erogaciones de la Administración Pública Centralizada por 39 mil 36 millones de pesos, de los organismos bajo control presupuestario directo (IMSS e ISSSTE) por 28 mil 559 millones de pesos, de Pemex por 19 mil 188 millones de pesos y de los entes autónomos en 10 mil 590 millones de pesos. Mientras que, el gasto de la CFE fue mayor en 26 mil 638 millones de pesos, asociado a los mayores precios de combustibles requeridos para la generación de electricidad.

La evolución del gasto no programable se explica por la disminución del costo financiero por 10 mil 533 millones de pesos, el menor pago de Adefas y otros por 9 mil

880 millones de pesos y las menores participaciones a los estados y municipios por

701 millones de pesos.

La evolución de los principales rubros del gasto neto pagado al primer trimestre de 2019, respecto al mismo lapso de 2018, fue la siguiente:

El gasto no programable fue inferior en 8.9% real debido a:

El pago de Adefas y otros fue inferior en 83.2% real porque en el primer trimestre de 2018 se registró una aportación a los fondos de estabilización de 37 mil 341 millones de pesos con cargo ingresos excedentes a los estimados en la LIF 2017.

El costo financiero de la deuda aumentó en 6.1% real, debido a mayores recursos para los programas de apoyo a ahorradores y deudores de la banca, y para el costo de la deuda externa.

Las participaciones a las entidades federativas aumentaron 6.0% real, en línea con la evolución de la recaudación federal participable.

El gasto programable fue inferior en 5.0% real debido a:

Subsidios, transferencias y aportaciones corrientes menores en 17.7% en términos reales.

La inversión física fue menor en 13.1% real.

El gasto de operación disminuyó 2.2% real debido, principalmente, a las menores erogaciones para servicios personales en 3.7% real.

Mientras que las pensiones y jubilaciones aumentaron 4.1% real.

La inversión impulsada, que considera la inversión presupuestaria más la inversión financiada (Proyectos de Infraestructura Productiva de Largo Plazo - Pidiregas), que permite complementar la infraestructura pública requerida para el abasto de energéticos, sumó 140 mil 216 millones de pesos y fue inferior a la del año anterior en 14.3% en términos reales. Los recursos para inversión financiada ascendieron a 1 mil 536 millones de pesos, mismos que se orientaron a apoyar proyectos de generación, transmisión y transformación de energía eléctrica en diversas zonas del país. El 30.6% de este monto corresponde a inversión financiada directa y 69.4% a condicionada.

A continuación se presenta la desagregación del gasto programable con base en sus tres clasificaciones: i) administrativa, que identifica las erogaciones de acuerdo con el ramo administrativo, la entidad que ejerce los recursos y los canalizados a los gobiernos de las entidades federativas y municipios; ii) funcional, que relaciona el gasto con las principales actividades que realizan las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal; y, iii) económica, que ordena los recursos de acuerdo con su naturaleza y tipo de gasto.