José María Carmona
Silvano Aureoles Conejo ha tomado posesión como gobernador constitucional del estado de Michoacán de Ocampo para un periodo de seis años, al mismo tiempo recibe una administración pública estatal con una fuerte crisis financiera de más de 36 mil millones de pesos de deuda de los cuales la mitad son pasivos de corto plazo.
El nuevo mandatario michoacano estableció ejes rectores de su gobierno: gobernabilidad democrática, justicia social y paz, política social incluyente, justa y equitativa, educación pública de calidad, salud, cultura y recreación para todas y todos; recuperación de la economía para el desarrollo integral y sustentable y administración pública moderna y transparente.
El primer eje de la gobernabilidad democrática tendrá que ver mucho entre las acciones de gobierno y la participación activa de los diferentes sectores de la sociedad civil, Silvano Aureoles tiene que tomar en cuenta las demandas de las diferentes organizaciones sociales, las cuales se movilizan casi de manera permanente para demandar la solución a las diferentes problemáticas que tienen que ver con la proporción de bienes y servicios generados por el gobierno.
En cuanto a la justicia social y la paz, queda claro que en los últimos años Michoacán ha vivido un periodo de mucha violencia producto de la presencia del crimen organizado y una estrategia equivocada en cuanto al combate del mismo lo que dio origen a que sectores de la población tomaran las armas para defenderse, la impunidad es hoy el denominador común en cuanto a la aplicación de la justicia y con referencia a la paz no es posible alcanzarla mientras se continúe militarizando a la entidad michoacana como ya lo anuncio el gobernador.
La política social es el talón de Aquiles del gobierno estatal, como ya se sabe la pobreza ha aumentado en Michoacán y los programas asistencialistas en las pasadas administraciones han resultado todo un fracaso por lo tanto para combatir la pobreza y alcanzar un desarrollo social es necesario vincular esta política con la estrategia de desarrollo económico y proporcionar los medios productivos para que la población en pobreza pueda salir adelante con la incorporación a la vida productiva, en ese sentido la política social debe dejar de ser asistencialista.
Sin duda alguna la educación de calidad, y más cuando el mandatario michoacano ha dejado de manifiesto que la reforma educativa va, ese será el eje programático más controvertido, a pesar de ofrecer el dialogo al movimiento democrático magisterial e institucional. La reforma educativa en Michoacán todavía está por verse hasta qué grado se podrá instrumentar, lo cierto es que hoy el magisterio democrático es tajante y un opositor a la misma.
La mayoría de la población se encuentra sin cobertura de salud, a pesar del seguro popular, la infraestructura hospitalaria se encuentra en crisis, la carencia de medicamentos y la negligencia médica es el denominador común en el sector salud a parte de la saturación en el servicio y la existencia de corrupción en el manejo de los recursos; pero la mayoría de la población en Michoacán es vulnerable en el tema de la salud pública.
La cultura y la recreación como parte del fortalecimiento del desarrollo social en un proceso integral de las capacidades espirituales del pueblo michoacano ha sido un fracaso y solamente las elites intelectuales gozan de los privilegios de la política cultural, hoy se necesita un cambio radical en esa visión para que la mayoría de la población se empodere del quehacer cultural y pueda desarrollar sus capacidades humanas junto con la recreación más aún cuando los ingresos familiares no alcanzan para esta actividad, se necesita una política pública cultural que abarque a los más amplios sectores de la población.
Como ya empeño su palabra el nuevo gobernador en cuanto a la recuperación económica y el desarrollo integral sustentable, ese es el aspecto más difícil de la agenda de gobierno si se toma en cuenta que en la economía el país se encuentra en desaceleración, por lo tanto y a pesar de que Michoacán contara con una zona economía especial, se necesita una política económica que parta del desarrollo regional pero que al mismo tiempo articule e integre a las diferentes regiones del estado, uno de los objetivos debería de ser aumentar la participación y la contribución del producto interno bruto del país, pero ante todo la distribución del ingreso estatal que tiene que ver con la reducción de la pobreza a través de la generación de los empleos formales y bienes remunerados en un futuro mediato.
Por último la modernización de la administración pública y transparente es una condición necesaria, la misma no se puede seguir viendo como un simple instrumento sino como un medio de transformación económica y social, se necesita una nueva ley de la administración pública estatal pero ante todo una reingeniería total de la misma que modifique radicalmente todos los procesos administrativos y ante todo la transparencia lo que significa la necesidad de un gobierno abierto donde los ciudadanos sepan cómo se ejercer el presupuesto, en pocas palabra se trata de poner la administración en una “caja de cristal”.
Solamente queda el combate a la corrupción y que de una vez por todas se sepa, como ya se comprometió el gobernador, a que mediante una auditoria los michoacanos sepan en que se gasto el presupuesto público y que quede claro si hubo corrupción pero ante todo que no exista impunidad ni que los responsables de los malos manejos de los recursos públicos paguen con cárcel la corrupción.
Esto son los ejes programáticos que hoy el gobierno de Silvano Aureoles se compromete a llevar a cabo durante su gobierno que denomina el nuevo comienzo para Michoacán.