José María Carmona

Es muy lamentable saber de un contagio más de Covid 19 en un ciudadano cada día y que tiene que pasar por un viacrucis para su atención medica y no poder encontrar una cama en un hospital del sistema de salud público, tener sus familiares que hacer filas para conseguir un tanque de oxigeno a un precio del triple de lo que costaba hace unas semanas o morir en su casa por no tener atención medica, así como también aquellos que mueren en los hospitales bajo circunstancias muy lamentables.

Antes de continuar con esta entrega hay que contar una anécdota de la Revolución Rusa de 1917 cuando los bolcheviques de Lenin tomaron el poder y ocuparon el palacio de Invierno, de todos los rincones del país les llegaron obsequios entre ellos carnes, vinos y otras cosas y Lenin dio la orden de no recibir, ni consumir nada más que lo mismo que consumía el pueblo que por aquellos tiempos sufría de hambre porque no había alimentos suficientes, ni combustible para mitigar el frio del invierno. El dirigente de la revolución obrera fue tajante y se manifestó en contra de todo tipo de privilegios y de esta manera los primeros cuatro años del proceso revolucionario los bolcheviques  vivieron con un salario igual a un obrero técnico y con las mismas prestaciones del conjunto de los trabajadores rusos en especial los servicios sanitarios eran públicos y financiados por el estado soviético, tal vez la única diferencia fue cuando enfermó Lenin que tuvieron que traer a los mejores médicos de Europa Occidental pero pagando salarios iguales a los demás médicos del país. En estos años los funcionarios del estado soviético vivieron por las condiciones de la guerra y la sequia sobre el territorio ruso, en la más absoluta y verdadera austeridad, inclusive en sus casas muchas veces llegó a faltar calefacción. Vivian en las mismas condiciones que el pueblo trabajador y con los mismos beneficios; los privilegios estaban PROHIBIDOS, a pesar de las consecuencias de la guerra, el estado soviético pudo mejorar considerablemente las condiciones de vida de su población; con una economía socializada y planificada en manos de los trabajadores.

Todo lo anterior tiene que ver con el contagio de Covid del presidente López Obrador el que no solamente es el presidente de la república sino también del Estado mexicano que el día domingo dio a conocer en su cuenta de twitter que había salido positivo y que tiene leves síntomas. Hasta cierto punto es aceptable que tenga la atención médica necesaria porque se trata de un ser humano y como ya se indico del presidente y jefe del Estado mexicano, pero las reacciones no se hicieron esperar en las redes sociales a favor y en contra de la noticia y los que no están a favor de su proyecto político de la 4T se manifestaron y negaron el hecho.

Entre las críticas más fuertes en contra de AMLO están los privilegios con que le están atendiendo, un equipo médico de lo mejor, medicamentos suficientes y es valorado las 24 horas del día, todo esto está bien, pero la crítica más fuerte es que el pueblo bueno que  tanto defiende y que el motivo de su proyecto político que es la 4T, no cuente con la misma atención medica en el sistema de salud público que es un desastre y que ya tiene un lamentable saldo de más de 150 mil  fallecimientos y una cadena de contagio que se multiplica cada día.

El presidente no tiene que ir a la atención medica a ninguna institución del sistema de salud del país, ni hacer filas como el pueblo trabajador, que por cierto la mayoría de las muertes han sido de trabajadores y sus familiares.

López Obrador –y su gobierno de “izquierda”- gozan de muchos privilegios que son prohibitivos para los trabajadores y la población en general, así como su gabinete presidencial viven en la opulencia que les da el manejo del aparato del estado y seguramente con servicios de gastos médicos mayores, algo humillante en las actuales condiciones y evolución de la pandemia para el pueblo de México.

La crítica no es contra el tipo de atención médica con la que cuenta el presidente de este país, sino que no es igual para toda la población particularmente para los trabajadores generadores de la riqueza nacional.

Por esto no hay que olvidar que 32 millones de ciudadanos votaron por AMLO, no solo en contra de la corrupción sino de los privilegios de los presidentes y es que la discusión pública debe de estar de que  todos los ciudadanos mexicanos y la población en general cuenten con los mismos servicios de salud que ahora cuenta el presidente de la 4T.

Sin bien es cierto, en todo el mundo los sistemas de salud públicos y también privados están en crisis por la magnitud de la pandemia del Coronavirus esto es consecuencia de los efectos negativos del capitalismo global y la política del neoliberalismo de carácter monetarista y los programas de ajustes económicos que han desmantelado no solamente los sistemas sanitarios públicos sino al mismo estado de bienestar en el mundo y que era una conquista de la clase trabajadora internacional.

Es por ello, que lo que se tiene que condenar son los privilegios con que vive la clase política, en especial cuando es afectada por el Covid 19 incluyendo al presidente López Obrador y se impone la demanda de atención medica en iguales condiciones para toda la población, en particular para los trabajadores y su familia, en un escenario  donde la campaña nacional de vacunación contra el Covid 19 es un verdadero desastre. Pronta recuperación al ciudadano presidente, pero abajo sus privilegios con los cuales no cuenta el “pueblo bueno” que tanto defiende.