José María Carmona

Durante los dos años de gobierno del presidente Andrés Manuel  López Obrador en este espacio se ha hecho un conjunto de críticas a sus políticas en materia económica, política y social.

Nadie niega la legitimidad con que llegó a la presidencia con un capital político que se tradujo en más de 30 millones de votos lo que represento el 53.19 por ciento de la votación total presidencial; un gran capital político producto de que supo canalizar el repudio de la población hacia el gobierno de Peña Nieto y el sistema de partidos conformado por el PRI, PAN y PRD, que para López Obrador representa la esencia del neoliberalismo en el país.

Además de esto, López Obrador y su partido Morena se autodefinen de izquierda que tienen hoy en el gobierno el propósito de llevar la Cuarta Transformación para liquidar –según ellos-  el neoliberalismo o ya terminaron con él.

En materia social, sus programas de transferencia de recursos monetarios a los “pobres” le dan una base social de 25 millones de beneficiarios que siguen apoyando su proyecto político, al mismo tiempo todas las encuestas señalan su alto índice de popularidad o aceptación por parte de los ciudadanos, aunque hay que señalar que esta tiene una tendencia a la baja.

Sobre los proyectos estratégicos como el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, donde los empresarios favoritos del presidente tienen varios contratos de inversión como Carlos Slim  y Ricardo Salinas que maneja los recursos de los programas de Bienestar pero los desencuentros de López Obrador con las cúpulas empresariales son a veces frontales  en muchos aspectos principalmente en la política económica para enfrentar la depresión económica y lograr la recuperación.

Durante el gobierno de López Obrador el capital tanto nacional como extranjero a resultado beneficiado, y para muestra un botón basta con  la negociación del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) donde el gobierno de López Obrador mostró una sumisión al gobierno de Trump y los intereses de los grandes capitales estadunidenses.

Se puede seguir abundando, en las medidas de política del gobierno de la 4T a favor del gran capital tanto  nacional como internacional que ha resultado beneficiado a lo largo de estos dos años, muy contrariamente a lo que se esperaría de un gobierno de “izquierda”, entre otras cosas como anti imperialista por su composición de que en su gabinete existen personas que se proclaman del nacionalismo revolucionario, cosa que no sucede, aunque hay que señalar el propósito de López Obrador de revertir la reforma energética donde detrás de esto están los intereses de los Cárdenas entre otras cosas.

Pero haciendo una comparación con otros gobiernos de “izquierda” en América Latina de corte populista y de “izquierda”, el gobierno de la 4T se queda corto y resulta altamente conservador en relación no al neoliberalismo, sino al capitalismo.

Por ejemplo, el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela llevo a cabo importantes nacionalizaciones de varios sectores de la economía venezolana, nada comparado con lo que ha hecho hasta hoy López Obrador o en Bolivia donde Evo Morales nacionalizo las minas de estaño y de litio, entre otras cosas sacó de la pobreza a millones de personas.

Pero los gobiernos de “izquierda” populistas porque contaron con una gran base social no atentaron nunca contra la propiedad privada capitalista, lo que significa que no tuvieron, ni tienen el propósito de destruir las relaciones sociales de explotación capitalistas y al contrario protegen y fomentan el capitalismo. Esta es la crítica de fondo a los gobierno de “izquierda” populistas.

El argumento de estos gobiernos y sectores de la vanguardia  de América Latina es que toda acción anticapitalista tendría  una respuesta por parte del imperialismo norteamericano como invasiones a los países.

Pero con este argumento falso, los gobiernos de “izquierda” populistas menosprecian la capacidad de movilización revolucionaria de la clase trabajadora y los sectores populares como sujetos históricos para hacer una revolución económica-social de carácter socialista.

Todos los gobiernos de “izquierda” populistas son conservadores con relación a los intereses del imperialismo norteamericano y resultan en el fondo de las cosas agentes directos de él  para contener la movilización revolucionaria de las masas.

El populismo de “izquierda” de América Latina es una piedra literalmente hablando para la conciencia de millones y millones de trabajadores y las masas populares que luchan permanentemente en contra  del capital global de manera inconsciente, ya que cada lucha choca contra el régimen capitalista porque sus demandas no son resueltas en este contexto, ni pueden serlo.

Otra característica del populismo de “izquierda” es la adopción de un régimen político de carácter autoritario, de la concentración del poder en un solo hombre y la imposición de una verdad única.

Todas estas características de carácter conservador, la tiene el gobierno de López Obrador en relación de preservar el capitalismo y la propiedad privada en México protegiendo los intereses de los grandes capitales tanto nacionales como extranjeros es la esencia de todas las críticas hechas en este espacio, además de fortalecer la democracia formal o liberal, pero con la tendencia de reconstruir un régimen político autoritario que cancele hasta donde sea posible las libertades democráticas y políticas que son una conquista del pueblo de México.

En síntesis las críticas al gobierno de López son de tres tipos, la primera es un gobierno que preserva  la propiedad privada y por lo tanto el capitalismo con ello la explotación de millones de trabajadores; segunda impulsa un régimen político autoritario para someter a los trabajadores a la explotación capitalista y tercera y última critica consiste en que el gobierno de la 4T es agente directo de los intereses del imperialismo norteamericano.

Su argumento de combatir al neoliberalismo es únicamente de carácter  ideológico para justificar su carácter conservador y autoritario de su gobierno para contener la movilización revolucionaria de los trabajadores mexicanos.

Por razones de las celebraciones esta es la última colaboración del año.