José María Carmona

Las relaciones económicas y financieras entre Estados Unidos y México son complejas a partir de la llegada de Donald Trump a la presidencia del país del norte y que planteo la “modernización” del TLCAN.

Después de más de un año de renegociación del tratado comercial vigente durante 24 años, hoy está a punto de desaparecer y pasar a un simple acuerdo comercial entre ambos países.

Con un intercambio comercial de más de 600 mil millones de dólares, y que el 80 por ciento de las exportaciones mexicanas tienen como destino el mercado estadunidense, mientras que el 82 por ciento de la inversión extranjera directa en México es de origen norteamericano, está a punto de que termine en las próximas semanas el trato preferencial de un tratado comercial.

Resulto patético ver a Luis Videgaray, Idelfonso Guajardo como responsable de las negociaciones y a Jesús Seade representante de López Obrador en la oficina oval de la Casa Blanca aceptando sumisamente todas las condiciones que impuso Trump a los negociadores mexicanos.

La estrategia negociadora del presidente estadunidense salió avante por haber obligado al gobierno de Peña Nieto a negociar por separado de los representantes de Canadá el ahora acuerdo comercial.

Al final de cuentas, los intereses mexicanos salieron perdiendo, porque se impuso lo que Trump pretendió desde un principio reducir el déficit comercial con México.

De esta manera, el sector automotriz tendrá una cuota de exportación después de cierta cantidad de unidades de automóviles y autopartes.

El capitulo 19 que se refiere a la solución de controversias comerciales se trataran en tribunales estadunidenses.

Pero lo más grave del asunto, es la degradación de la categoría jurídica de tratado a un simple acuerdo comercial.

Hasta ahora no se conoce el documento final del acuerdo comercial, tan solo se sabe del término de la negociación a que llegaron ambas partes para que el presidente Donald Trump comunicara al Congreso de los Estados Unidos la intención de firmar un acuerdo comercial sin la participación de Canadá.

De esta forma en los hechos el TLCAN está a punto de fallecer y de esta manera las relaciones comerciales entre ambos países serán más complejas de lo que se imaginan tanto el próximo gobierno de López Obrador y los grupos empresariales.

Es así como se hace valido el dicho: “de lo perdido lo que aparezca”. Y al gobierno de Peña Nieto con la complicidad del próximo presidente López Obrador aceptaron de manera sumisa el miserable acuerdo comercial que pone en peligro la viabilidad económica y financiera del país.

No es lo mismo un tratado que un acuerdo en materia de comercio porque el segundo le permite en este caso al gobierno estadunidense imponer medidas proteccionistas en cualquier momento como es el caso de los aranceles al acero y aluminio y tal vez mañana al cemento entre otras cosas.

Para los analistas, tal como queda la propuesta aun no detallada en su versión pública del nuevo acuerdo comercial de los hechos se pone en peligro el intercambio comercial por más de 600 mil millones de dólares.

Por otra parte el sector automotriz representa la mayor parte de las exportaciones manufactureras y ahora queda condicionado a un volumen determinado de exportación. Este sector industrial es el más dinámico y el que representa el mayor volumen de valor de las exportaciones mexicanas.

Así de esta forma, el gobierno de Peña Nieto ha salido derrotado frente a los intereses económicos y financieros que representa el presidente estadunidense Donald Trump.

Además de que en el dicho acuerdo comercial, se establece por lo que se sabe una zona exclusiva para los trabajadores de la industria automotriz que tendrán que ganar 16 dorales la hora, rompiendo con el principio del comercio internacional de la ventaja competitiva entre dos países y que en este caso es que la industria automotriz en México se pagan salarios más bajos.

En conclusión el Tratado de Libre Comercio de América del Norte está a punto de fallecer por la postura del gobierno de Peña Nieto y la complicidad del presidente electo de López Obrador.