José María Carmona

En las últimas  jornadas  en el mercado cambiario, el peso mexicano se ha devaluado como consecuencia de dos factores, por una parte la devaluación de la moneda de  Turquía y por la otra la incertidumbre de llegar a un acuerdo definitivo en la negociación del Tratado de Libre Comercio de Norte América (TLCAN).

Para los operadores en el mercado cambiario, la incertidumbre es permanente, como factor de la formación de las expectativas de corto plazo, al mismo tiempo que los factores internos sobre el futuro económicos y financiero del próximo gobierno de López Obrador,  aunque sus acuerdos con las cúpulas empresariales hasta el momento son buenos generan confianza, a pesar de que en el sector energético los empresarios no están convencidos del todo en la reconfiguración y la construcción de nuevas refinerías petroleras, así como el futuro del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México.

La inestabilidad del mercado cambiario obedece como ya se señalo a la devaluación de la lira que es la moneda turca que registra una devaluación de más del cien por ciento en las últimas semanas.

Las causas de la devaluación obedece a dos elementos, de un lado a la imposición del aumento de los aranceles a las exportaciones de acero y aluminio por parte del gobierno estadunidense y por el otro, al déficits fiscal que enfrenta, lo que ha provocado las fugas de capitales en ese país por parte de los inversionistas internacionales.

Aunque la economía mexicana tiene poca relación, con la economía turca, su relación es indirecta debido a que el peso mexicano en los mercados internacionales es una moneda de alta liquidez y tiene una alta demanda por parte de los inversionistas para las operaciones comerciales.

Es por ello, que el peso mexicano está sometido a fuertes presiones del mercado cambiario, además que de manera indirecta la crisis de la deuda turca afecta también a los mercados europeos porque los bonos del gobierno turco han presentado en las últimas semanas una caída en su demanda y los inversionistas internacionales los venden con rapidez en los mercados porque existe  una desconfianza en la capacidad de pago por parte del gobierno turco.

Según analistas financieros la incertidumbre de corto a mediano plazo continuara, además que la balanza comercial de Turquía es  deficitaria, porque la demanda de artículos electrodomésticos ha caído en el mercado de la Unión Europea.

Por otra parte el problema de la deuda externa turca contamina los mercados financieros internacionales ya que una gran parte de la misma está colocada en el mercado europeo, pero también en todos los mercados financieros internacionales lo que provoca un efecto encadena al caer el valor de los títulos de deuda turca por la desconfianza como ya se dijo de los inversionistas.

De esta manera, el peso mexicano está sujeto a las oscilaciones de los mercados internacionales de deuda, ya como se dijo es una moneda altamente liquida, demandada por los inversionistas para las operaciones financieras en los mercados internacionales.

El otro elemento que explica la caída del peso mexicano en las últimas jornadas cambiarias es la incertidumbre que se ha generado por un buen término de las negociaciones del TLCAN, donde de acuerdo a las informaciones que se tienen únicamente queda pendiente el capítulo de las reglas de origen en la industria automotriz, la clausula de caducidad donde el gobierno estadunidense pretende que  el tratado se renueve cada cinco años y que las controversias sean tratadas en tribunales norteamericano.

De esta manera estos dos factores antes señalados, la crisis de la economía turca y la incertidumbre para que antes que termine el mes de agosto- por motivos electorales en Estados Unidos - quede finiquitado el TLCAN son determinantes de la inestabilidad cambiaria en el país. Por lo pronto la moneda nacional, el peso a mostrado en las últimas jornadas una tendencia devaluatoria lo que le inyecta incertidumbre a los inversionistas en el corto y mediano plazo.