chemaJosé María Carmona

 En la política francesa a finales del siglo pasado, se utilizo un nuevo término en la ciencia política para denominar al gobierno que tenía un parlamento de oposición casi absoluta. Esto significa que el presidente francés tuvo que cohabitar con la oposición para poder seguir gobernando.

Este concepto político se puede aplicar en el caso del gobierno de Silvano Aureoles, donde su partido, el PRD perdió la elección en Michoacán y solamente alcanzo la primera minoría para el Senado de la Republica que lo representara Antonio García Cornejo.

El triunfo de López Obrador y Morena en forma de tsunami se llevo la senaduría, las diputaciones federales y locales de mayoría relativa y el PRD quedo hecho pedazos en la entidad.

Ahora Aureoles tendrá que negociar con un Congreso Local de oposición el cual tendrá en diputados la primera mayoría morenista, donde su ex secretario de gobierno Adrian López tendrá que hacer una operación política maestra para poder sacar lo que proponga el gobernador a la próxima legislatura.

También el gobernador Aureoles, tendrá que rendir cuentas en todo los problemas estructurales de Michoacán,  empezando por el tema de la seguridad, las finanzas públicas, la deuda estatal y los programas tanto para el campo como los de la política social.

Seguramente el informe de la cuenta pública no pasara con la oposición morenista y la aprobación del presupuesto para el 2019 será una hechura apegada a los intereses de los diputados de Morena.

Como lo ha declarado el gobernador Silvano Aureoles tendrá una relación institucional con López Obrador, presidente virtual  electo del país con el cual tendrá que negociar parte del presupuesto y los proyectos económicos y financieros para el desarrollo de Michoacán.

Aureoles Conejo tendrá que poner toda su capacidad política para llevar una cohabitación tanto con el nuevo gobierno federal, los congresos federal y local para poder sacar su proyecto de gobierno en su segunda parte, cosa que no es fácil por la debilidad política en la que se encuentra debido a la derrota monumental del PRD en Michoacán.

Si bien es cierto, AMLO hoy tiene ya una deuda enorme con los electores michoacanos que tendrá que saldar en el mediano plazo y por lo tanto tendrá que existir como ya lo dijo el gobernador una colaboración institucional entre ambos gobiernos.

Con la forma como gano Morena en Michoacán indica que la política de Silvano Aureoles fallo en algo y que hay que evaluar por parte del gobernador como ya lo anuncio con los cambios en su esquema de trabajo.

Pero también el gobernador Aureoles tiene que hacer un análisis al interior de su gabinete y llevar a cabo los cambios necesarios, porque no es posible que en casi tres años de gobierno su partido el PRD haya salido derrotado tan contundentemente por un partido emergente como Morena en Michoacán.

 La inseguridad, la falta de efectividad y productividad en los programas económicos, sociales y sectoriales del gobierno de Aureoles están a la vista y es como él lo reconoce sus secretarios no han estado a la altura durante todo este periodo de gobierno y toda la responsabilidad la ha asumido el propio gobernador.

Perder una elección en el gobierno es sinónimo de incapacidad para gobernar, al menos de los secretarios del gabinete del gobierno del estado, es decir que como el mismo gobernador lo acepta, sus colaboradores no han estado a la altura de las demandas ciudadanas y sociales de la entidad.

Más allá  del tsunami de Morena y AMLO, algo no está funcionando en el gobierno de Silvano Aureoles que se tiene que corregir de inmediato.

Por lo pronto,  Aureoles tendrá que cohabitar con el futuro gobierno de López Obrador y los diputados de Morena en el Congreso Local, cosa nada sencilla; pero lo más importante es que gobierne quien gobierne los problemas estructurales de los  michoacanos deben tener soluciones de fondo y de corto plazo.                            

   

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