chemaJosé María Carmona

Por fin terminaron las campañas electorales, después de tres meses y millones de spots, además del derroche por miles de millones de pesos.

Coaliciones, partidos y candidatos pusieron sobre la arena electoral pocas propuestas y muchos ataques entre ellos mismos, ignorando al electorado que es según de acuerdo al padrón de poco menos del 90 millones de electores.

Las encuestas jugaron otro papel importante en este proceso electoral donde uno de los candidatos marco la pauta desde el principio hasta el final, pero con poca propuesta para comenzar a resolver los problemas estructurales del país.

Después de todo este espectáculo deprimente, es la hora de los ciudadanos de ir el 1 de julio a manifestar la voluntad popular a favor de una opción política en todos los cargos de elección popular en juego.

Este proceso electoral que pasara a la historia política del país manchado de sangre, mas de cien asesinados entre candidatos y participantes en las diversas campañas partidarias deja este proceso electoral y por desgracia Michoacán está en la lista roja con cinco candidatos a alcaldes y tal parece que la estrategia de gobernabilidad fue fallida hasta ahora, esperándose que el día de la elección no se registren hechos de violencia en el territorio michoacano.

Como ya se señalo, es la hora de los ciudadanos de ir a las urnas para emitir el voto y con ello dictar la verdadera encuesta final, la que marcará el futuro político, social y económico de más de 120 millones de mexicanos.

Como se sabe, la principal demanda ciudadana es la seguridad, el combate a la corrupción y el crecimiento económico con una distribución más equitativa del ingreso nacional.

Pero la violencia contra la población por parte del crimen organizado esta marcada por la colusión de una parte de la clase política, particularmente la local del territorio nacional.

Pero también, hay otro asunto para el día de la jornada electoral, que consiste en todas las maniobras de los operadores partidistas de todos los colores para inhibir el voto, comprarlo o hacer la operación mapache.

Pero lo más grave que puede suceder al conocerse los resultados electorales y la voluntad de la mayoría ciudadana que vaya a las urnas es que los partidos políticos impugnen la elección a todos los niveles descalificando a un millón de ciudadanos que organizara la elección, algo repudiable por parte de los partidos políticos y candidatos, sería una manifestación de menosprecio a los ciudadanos.

Así pues, el 1 de julio se espera una copiosa participación ciudadana en la elección y es de esperar de que transcurra pacíficamente, donde la violencia este ausente en todos los rincones del país.

Pero lo más importante es que el próximo domingo es la hora de los ciudadanos para decidir el futuro del país, donde la única triunfadora sea la democracia en benefició de la mayoría de los mexicanos y el que gane sea México, más le vale a la clase política respetar el voto ciudadano.

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