José María Carmona

Cuando las autoridades públicas de diferente tipo no atienden las demandas sociales o ciudadanas y cierran no solo las puertas de las oficinas sino también el diálogo, entonces los demandantes sociales toman otras medidas ampliamente conocidas como las marchas, plantones y tomas de edificios públicos para hacer acciones sociales y romper la cerrazón de las autoridades.

El desacreditado presidente Peña Nieto recientemente ha reconocido que esta es la causa fundamental del descontento social o el mal humor que tienen hoy los ciudadanos.

Es en este marco que se puede hacer una analogía con la novela “La fiesta del chivo” del escritor premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa en relación a la crisis por la que pasa la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

Por un lado está la visión vertical e intolerante del rector Medardo Serna González y el H. Consejo Universitario los cuales han iniciado los festejos rumbo al centenario de la Universidad Nicolaita.

Por la otra parte la universidad se encuentra paralizada por el Movimiento de Aspirantes  y Rechazados y la Coordinadora de Universitarios en Lucha. El diálogo está roto y en apariencia las posiciones de ambas partes son inmovibles, antagónicas donde las  autoridades han utilizado todos los métodos “legales” e “ilegales” a su alcance como la denuncia de hechos ante la Procuraduría General de Justicia,  fomentar el enfrentamiento entre los estudiantes paristas y no paristas hasta ir minando por medio de la cooptación de algunas casas del estudiante, las amenazas, etcétera.

Desde la posición del MAR y la CUL, así como de las organizaciones solidarias entre ellas el SPUM y el SUEUM en el sentido de que la crisis universitaria se puede superar ampliando la matricula porque hay el espacio suficiente y para el gremio académico universitario existe la materia de trabajo.

Mientras tanto la posición del rector Serna González es aparentar que no pasa nada, que la mayoría de alumnos y profesores están dando clases extramuros y que la buena marcha de la institución nicolaita continúa cotidianamente. Algo surrealista, tal como aparece en la crónica periodística de Cambio de Michoacán, del 14 de octubre de este año cuando narra el enfrentamiento en los discursos del rector Serna González con el discurso del secretario general del SPUM Gaudencio Anaya Sánchez, este ultimo afirma que hay los espacios suficientes para satisfacer la demanda de los rechazados y aspirantes y el rector afirma todo lo contrario.

Si se revisa los directorios de los últimos cuatro rectorados se puede encontrar que durante más de 20 años un  pequeño grupo de académicos nicolaitas han estado dirigiendo la rectoría y que entre ellos se pasan el cargo de rector con el visto bueno de la Comisión de Rectoría un órgano implantado en la Ley Orgánica mediante un decreto que algunas versiones afirman que el gobernador Luis Martínez Villicaña nunca lo firmo y seria salvable que se mostrara el original porque de no estar firmado todos los actos enamados de la Comisión de Rectoría y los nombramientos de los rectores hechos por ésta no tienen ningún valor jurídico; en conclusión todos los actos jurídicos derivados de esta reforma a la Ley Orgánica son ILEGALES con todas sus implicaciones a partir de 1986.

Pero hay que volver a la novela de Vargas Llosa, el personaje central el General Trujillo gobernaba sin límite aniquilaba a la oposición política y sindical, desaparecía a las personas, practicaba métodos de tortura como parte de su sistema de inteligencia; la corrupción y su manera unipersonal de gobernar no tenia limites, sus pasiones carnales y el manejo perverso del poder es la característica principal, su voluntad es la verdad absoluta, innegable ante el pueblo dominicano y la oposición activando desde la clandestinidad. Eran los tiempos de la revolución cubana y por lo tanto de la Guerra Fría.

Pero el General Trujillo negaba su realidad por el bien de la patria y festejaba sin motivo alguno todo los aspectos de la vida económica y social que eran producto de su voluntad, solo hay un partido el Trujillista y para que los trabajadores tuvieran un empleo deberán de tener el carnet del partido.

Hoy en la universidad nada pasa y el H. Consejo Universitario y su presidente, el rector Medardo Serna González han iniciado los festejos del centenario de la universidad en medio de la peor crisis de las últimas décadas. Entonces la fiesta ha comenzado, los paristas son delincuentes, vándalos manejados por los intereses más oscuros que quieren destabilizar a la histórica Universidad Nicolaita. Por lo tanto La fiesta del chivo “nicolaita” ha empezado. Cualquier coincidencia con la realidad es una esquizofrenia del que escribe.